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Friday 23 de March de 2007, 10:02:58
Rellenado de los cartuchos de Gas
Tipo de Entrada: ARTICULO | 2 Comentarios








Actualmente se encuentran con facilidad en el mercado cartuchos con un contenido de 100 gr (3,5 € aprox.), 220 gr (4,5 € aprox.) y 550 gr (7,5 € aprox.). Es evidente que en los de mayor tamaño el precio es proporcionalmente mucho más económico. Lamentablemente su peso y volumen no lo hace apto para salidas ligeras. El más pequeño es el ideal para un fin de samana: usandolo con cabeza (ver el estupendo articulo de Pit “Hornillos de Gas a bajas temperaturas”) no necesitaremos llevar más que uno, que  volverá a casa sin agotarse.

Con una bascula de cocina, o con el pesa cartas de la oficina,  cuando estan nuevos podemos calcular el peso del envase (=peso total – peso del gas que dice el fabricante que lleva). Si tomamos nota de este dato, posteriormente es muy facil medir cuanto le queda, e ir apuntandolo en la base con un rotulador.

Con el tiempo empece a acumular cartuchos casi vacios, con 10-20 gr. de carga, insuficiente para llevarlos en la mochila pero no compensaba tirarlos sin más. Asi se  me ocurrio la idea de recargarlos

Para rellenarlas es necesario un par de hormillos marca Primus, Vaude,  MSR o cualquier otro en los que se pueda separar el quemador de la válvula regualdora.

      1. Separamos facilmente el quemador de la valvula reguladora (el “grifo”)

      2.  con una llave fija del 3 o del 4 desenroscamos el chiclé o calibre.

Aunque nunca jamas vayamos a recargar una bombona, si has leido hasta aquí ya tienes premio: Con el uso, el pequeño orificio de esta pieza dorada se va obturando por la carbonilla, afectando seriamente al rendimiento del hornillo. Con un cable electrico, de esos multihilos, coge un pequeño hilillo de cobre y usalo para limpiarlo por dentro o incluso desatascarlo si fuera necesario: volvera a funcionar como cuando estaba nuevo.

         3. Una vez retirado el chiclé cogemos esta pieza y la metemos en un trozo de manguera de butano (yo uso uno de 2 cmts. Cuanto más corto mejor: menos gas desaprovecharemos). No entra con facilidad, hay que hacer un poco de presión y girar. Luego con una brida sujetamos el conjunto para que no haya fugas.

          4. Con el “grifo” de otro hornillo repetimos el proceso de quitarle el chiclé y lo introducimos por el otro lado de la mini-manguera, también con su correspondiente brida. Apretamos los tornillos y cerramos ambas valvulas. Para que se distingan mejor en la foto, una es de color negro y otra de color bronce.

          5. Simplemente nos queda enroscar en un lado una botella pequeña casi gastada, y por el  otro una más grande y llena. Ponemos el invento en vertical, con la pequeña abajo (en habitación ventilada, sin estar fumando... ) y abrimos los grifos: oiremos como la mezcla butano-propano va cayendo. Cuando ya no se oiga, podemos suponer que la inferior esta llena: cerramos los grifos y desenroscamos ambas botellas.

        6. Antes de desmontarlo todo, no olvidar que en la manguera, entre las dos llaves reguladoras queda gas. Me parece que lo más prudente, si no se va a rellenar otro cartucho a continuación es vaciarlo al aire libre.

        En la foto se ve trasvasando de una bombona de 250 a otra de 100, pero lo ideal es usar la superior de una capacidad mayor aún.

       En cada botella hay propano-butano  en fase gaseosa en la parte superior y en fase liquida en la inferior. Al abrir los grifos trataran de igualarse las presiones de ambos cartuchos (en la botella inferior esta será casi nula al estar semivacia) y eso es lo que hace que se llene el de abajo. Podemos pesarlo para comprobar los resultados. Yo he conseguido meter 120 gr en bombonas de 100, un extra que no viene mal. Cuando la bombona “donante” empieza a quedarse vacia y sin presión, aún podemos usarla si la agitamos previamente.  Finalmente la podremos usar para esas excursiones en que nos comemos una lata de fabada al lado del coche.

 Un aviso importante: Manipular bombonas de gas es una práctica desaconsejable. El autor en absoluto recomienda hacerlo, ni se responsabiliza de los riesgos que asuma el que se decida a imitarle.

 

Pabelnosmatao.

 

 

 

 

 


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